Capítulo 3 La realidad

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Al abrir los ojos tuvo la sensación por un instante de que todo había sido una terrible pesadilla,sin embargo duró poco...
la techumbre descascarillada por las humedades y el olor a refrito de su cocina-por llamarla así-le devolvieron ipso-facto a la realidad.
Estaba en la puta calle,despedido,divorciado,sin hijos,sin amigos,sin dinero,sin...
sin nada...
El panorama no se presentaba desde luego muy halagüeño
¿qué diría su madre si pudiese verlo? ¿qué pensarían de él sus paisanos del pueblo?
Apenas entraba una tenue raya de luz por la rendija de la ventana,había perdido por completo la noción del tiempo
miró el reloj,eran las ocho de la tarde,había dormido prácticamente todo el día,exceptuando las tres horas que había dedicado a emborracharse en la "Taberna del Flaco".
Le dolía la cabeza y el resto del cuerpo...
-no estoy yo para estos arrechuches alcohólicos(pensó) y encendiendo un pitillo se levantó y fue al baño.Encendió la mortecina luz y al mirarse en el espejo no le gustó nada la imagen que estaba viendo...

Capítulo 2 LA REUNIÓN

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Llegó puntual, como le habían dicho. El aspecto impecable de los dos ejecutivos contrastaba con el aire rancio de Manfredo, eran dos "tiburones" eso desde luego, pero no les podía negar su apostura, claro que tampoco era muy meritoria porque con los sueldazos que gastaban... así era todo mucho más fácil - pensó -.
Se aclaró la voz, enderezó el nudo de su raída corbata y se acercó a ellos.
-Señores ¡buenos días!... ustedes dirán
El mayor de ellos, un tipo orondo como una sandía y con pinta de explotar de gota en cualquier momento, tomó la palabra.
-Estimado Manfredo, la decisión no ha sido nada fácil, se lo puedo asegurar, hemos reconsiderado mucho las opciones posibles y, tras largas deliberaciones, el Consejo de Administración, ha llegado a la conclusión de que lo más eficaz y rentable para todos sea presentarle un acuerdo para la inmediata firma de su finiquito.
A Manfredo le temblaron las piernas, no daba crédito a lo que estaba escuchando, se quedó atónito, totalmente anonadado.
- De un ascenso a un despido... así por las buenas, de un día para otro, después de tantos años de leal servicio.
-Debe tratarse de un error - se atrevió a apuntar -
-Mire Manfredo - volvió a hablar el individuo orondo - no se lo tome usted así, debe tratar de entender la postura de la empresa, al fin y al cabo es lo mejor para todos, usted ya ha cumplido con creces, le aseguro que el acuerdo será ventajoso para usted. Entiendalo.
- Y sin mediar palabra más ambos dirigentes abandonaron la estancia.
Manfredo, en un estado de semiconsciencia, encendió un pitillo y se acercó a la ventana, llovía con más fuerza.